domingo, 9 de enero de 2011

Retorno al conocimiento

Soledad y comunidad: aunque recemos juntos, cada uno de nosotros está solo. Se trata de un rezo colectivo e individual a la vez. Todos nos posicionamos en la misma línea, pero no estamos al mismo nivel. Tienes que saber cómo estar solo para saber estar con la comunidad en ese momento. Sólo cuando el profeta se aislaba y sabía estar solo, conocía cómo guiar su comunidad. Tienes que saber cómo estar solo, contigo mismo, porque puede que algún día tengas que enfrentarte a tu comunidad. La soledad con Al•lâh es el núcleo de la fuerza. ¡Ten mucho cuidado de la comunidad que te empuja a pensar que sólo eres fuerte cuando estáis juntos! Desafortunadamente, somos una comunidad de jueces, de fuerza pretendida. “Te juzgaré pero no me juzgues, soy un buen musulmán.” Compartir nuestras debilidades (la verdad es que deberíamos ser capaces de hacer esto) es confiar el uno en el otro. Diciendo “Te quiero por Al·lâh. No te traicionaré…” Es algo más profundo que las emociones. Es espiritualidad. Deseas compartir desplomes (tropiezos) intentado alcanzar un nivel más alto en tu espiritualidad. La emoción es lo que obtienes en la superficie de tu ser. La espiritualidad es lo que obtienes desde el fondo de tu corazón. Ser un ser humano es saber cómo estar solo. Esta es la experiencia universal. No hagas del Islam sólo una experiencia comunitaria, todo ser humano debe estar solo con Dios para ser un musulmán. Ser testigo es esto. Esta es la esencia de la atestiguación (al-chahâda).

El equilibrio del profeta: se reformaba a sí mismo por la noche en un culto solitario, para reformar el mundo durante el día. No puedes hacer lo uno sin lo otro.

El conocimiento: la instrucción del Corán es “lee”, pero “en el Nombre de tu Señor.” Ganar conocimiento con Él en la mente, por Él, para entender cómo conocerle. El conocimiento no es en beneficio del conocimiento mismo. Es para entender y conocer a Dios. Utiliza el conocimiento para Él. Hay un proverbio chino que dice: “Cuando el hombre sabio apunta a la luna, el tonto mira el dedo.” El conocimiento es un medio. El problema que tienen los musulmanes son los líderes carismáticos. El carisma es problemático. ¿Buscas el conocimiento para estar más cerca de la erudición, o lo estás haciendo para estar más cerca de Dios? No alabes el conocimiento, conoce tus metas.

El conocimiento y la humildad: el Corán nos incita al conocimiento, pero también nos presenta el misterio de Alif Lâm mîm nûn… para indicar que no lo vamos a recibir todo. El conocimiento es una condición de la fe, pero ese mismo conocimiento conlleva la condición de estar atado a la humildad. No hay conocimiento en la fe, si no hay humildad en el conocimiento.

La duda: debemos ser capaces de dudar de nosotros mismos. Si dudas de ti mismo, no te estás situando lejos de ti. Pero si no dudas de ti, sí que lo estás haciendo. Si estás lejos de ti mismo, estarás lejos de Dios. Por lo que si dudas de ti mismo, no estás lejos de Dios.

Da’wah: ser testigo (de la verdad) no es lo mismo que intentar convertir a la gente. No es lo mismo decir “espero que encuentres la verdad” que “quiero que pienses como yo/hacerte musulmán(a).” No hay posibilidad de diálogo en este segundo caso. Por eso no estoy de acuerdo con bautizar Occidente como “Dar al-Da’wah.” La Da’wah en occidente es igual que en cualquier otro sitio: ‘llamar’ es ‘volver a llamar’ Recordarle a la gente algo que ya está en el fondo, oculto dentro de sí. El verdadero significado de da’wah es el de ser testigo, y no el de tratar de convertir. No es mi cometido convertirte sino ser una pregunta para ti. Un ‘testigo’ es quien es una buena pregunta para el que lo ve. La pregunta de ¿por qué están actuando de esta manera? Sé testigo de los valores en los que crees.

La llamada es la llamada: La cuestión es la metodología. Quieres transmitir un mensaje, la pregunta es ¿cómo? Con Da’wah. La forma es parte de la esencia. Lo que dices es –en parte- cómo lo dices. Mi presencia cuestiona tu actitud.

La ética de nuestro Profeta en las sociedades coetáneas: el poder y el contrapoder. Pues se nos hace difícil vivir nuestra ética en un ambiente corrupto, ¿cómo deberíamos verlo? Hoy en día, experimentamos un retorno a la ética y a los principios que emerge desde el miedo a la catástrofe. Puede que nuestra perspectiva preferente coincida temporalmente con ese ciclo de vuelta a la ética en nuestro mundo. Hasta entonces, deberás usar la resistencia in situ y el contrapoder de la ética utilizados por el profeta.

 

El profesor Tariq Ramadan. Lunes 27 de diciembre de 2010

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