viernes, 3 de agosto de 2012

¡Gobiérnese ayunando señor gobernador!

¿Por qué habremos optado por un rótulo tan insolente?
Es de todos conocido cómo se propasa el niño Rajoy ajustando a los demás sin dirigir la mínima atención a una disciplina para él y los desenmascarados miembros de su gobierno.
Gobierno votado en la tenebrosidad e incertidumbre de la desesperación de un pueblo letrado pero que no recurre a la reflexión y al empeño personal sino que pretende que unos responsables faltos de responsabilidad den solución a su exasperación.

Le recomendamos a él y a otros muchos inscribirse en esta escuela de consciencia, generosidad y solidaridad. Un mes escolar que te labra en la unidad con todo lo creado y que te hace sentir en propia piel, la importancia de valores tales como la justicia  de la que tanto alardeamos pero que notamos como inexistente en las esferas donde debería advertirse este y otros valores: la praxis cotidiana entre las personas y no como un ideal camuflado de nuestra vivencia.

Es una práctica para la búsqueda individual de uno mismo: conocerse para saber el porqué de cada obrar en todo momento. Para nosotros es buscar a lo divino en todo cuanto experimentamos, para este caso puede entenderse como la mejor forma de escarmentar las malas consideraciones con el resto, para dejar de fantasear sobre sus penurias (fantasear con lo que le complace) y emprender el camino hacia una verdadera acción que no tenga por fin guarecer poderes que subyuguen al resto en beneficio propio.

Ayunar fomentaría que recobrara su sinceridad al encontrarse solo consigo mismo, sin intermediación de los objetos y actos que más ambicionamos y que nos ocultan de nosotros mismos. Tal vez recobrara su humanidad y consideración para con ésta dejando de tomarnos por lerdos y empezando a hacer lo que compete hacer en este momento: pesquisar por los beneficios del pueblo y no los propios, siendo para lo que se le ha votado aunque se haya hecho ingenuamente.

¿Y cómo podrían cambiar las directrices políticas estando inscritas en un sistema de bancarrota política y económica internacional? La ética simplemente es cuestión de llamar a la consciencia individual para hacer que los valores y principios que hayamos elegido (por fe, razón o imaginación) coincidan con las acciones que desempeñamos asumiendo la responsabilidad de los actos que llevamos a cabo.

Nuestros actos individuales establecen la ética sobre la que se rigen las sociedades y no al revés. La política se ha acabado convirtiendo en entretenimiento, la justicia social en utopía, los caminos que emprendemos en perdición y el futuro en incertidumbre. ¡Gobiérnese ayunando señor gobernador!

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