sábado, 21 de enero de 2012

Camino hacia el conocimiento de Dios: Ar·Rahîm

Para entender el significado y connotaciones de este Atributo Divino (El Muy Misericordioso) tendremos que remitirnos al artículo que se ha discutido y publicado en este sitio (Ar·Rahmân). Ambos derivan de la misma raíz (rahema) y suelen citarse seguidos. Pero conviene enfatizar la distinción que presentan y la necesitad de la existencia de ambos para entender el porqué de la apelación a uno u otro.

Las huellas de la misericordia divina se pueden apreciar en todo el universo. En esa creación que Él no deja de lado una vez se crea, sino que sustenta regida por unas normas y reglas naturales que mantienen su orden y coherencia (para más información al respecto se puede consultar el artículo de Ar·Rahmân que se enlaza al final de éste).

Pero el atributo de Ar·Rahîm (El Muy Misericordioso) tiene un sentido más particular. Este nombre hace referencia a la misericordia destinada especialmente a los hombres: "... Ciertamente, Dios es muy compasivo con los hombres, dispensador de gracia" (Corán: 22/5).

-          Vemos, por ejemplo, que el arrepentimiento es una misericordia continua y especial que Dios mantiene con el ser humano, porque posibilita ese regreso a Él, Glorificado y Enaltecido Sea, por eso encontramos a menudo en el Corán: "Al·lâh es Quien se vuelve con Su favor y es el Compasivo" (Corán: 9/104)

-          Todas las facultades que se conceden a la creación conforman una misericordia generalizada de Al·lâh -Bendecido y Enaltecido sea Su nombre-, mientras que la opción de adorarle de forma consciente se establece como una misericordia específica para el ser humano.

-          Estamos hablando de dos tipos de misericordia, una general y la otra específica. Observemos esta aleya "...y Mi misericordia abarca todas las cosas y la escribiré para los que sean temerosos..." (Corán 6/156). Al·lâh establece la unión entre estos dos tipos de misericordia (Ar·Rahmân y Ar·Rahîm) en el ejemplo que se nos otorga en estas aleyas: El Todo Misericordioso en: "y Mi misericordia abarca todas las cosas" (misericordia general), y El Muy Misericordioso en: "y la escribiré para los que sean temerosos" siendo una misericordia destinada al género humano.

Pero hay quienes siempre cuestionan semejante presencia justificándolo con las calamidades y desgracias que padecemos a lo largo de nuestras vidas. A esto se puede decir: “¿Puede, acaso, compararse a alguien a quien hemos hecho una hermosa promesa, que verá cumplida [a su resurrección] con uno al que hemos dado [todos] los goces de esta vida pero que, en el Día de la resurrección, estará entre los que habrán de comparecer [ante Nos]?” (Corán: 28/61)

También Al·lâh Dice en el hadîz Qudsî: "¡Por Mi Poder y Mi Majestad! Retengo el alma de Mi siervo creyente y quiero cubrirle con Mi misericordia. Así pues, no tomo su alma sin que le haya afligido en su dinero, en sus hijos y en sus familiares hasta que viene a mi encuentro sin pecados. Si todavía le queda algún pecado, le intensifico la agonía de la muerte hasta que viene a mi encuentro puro, igual que el día en que nació".

-          Tomemos en consideración lo relativo del término desgracia. Se trata de un suceso que tiene que ver con  el entendimiento de nuestra consideración del mundo. Cuando éste se considera desde el individuo que persigue unos intereses personales determinados, el pasar por una desgracia se presenta entonces como una calamidad insufrible e injusta.





Pero cuando se consigue relativizar ese acontecimiento dándonos cuenta de que formamos parte de un todo, de una Unidad que se rige por normas y reglas preestablecidas; conseguimos convertir la desgracia en un mero suceso detrás del que se presenta El Muy Misericordioso.



-          Después de que descendiera esta aleya: "Puede no coincidir con vuestras ilusiones --ni con las ilusiones de los seguidores de revelaciones anteriores --[que] quien obra mal será retribuido por ello y no hallará quien le proteja de Dios, ni nadie que le auxilie", (Corán: 4/123), Abû Bakr preguntó al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: “¿Cómo podemos salvarnos después de esta aleya?”. El Profeta (SAAWS) le contestó: "No debe interpretarse de esa manera. Sino que, ¿no es verdad que sufres aflicción en lo que incumbe a tus hijos? ¿No sufres en determinadas situaciones? ¿No te suceden a veces desgracias relativas a tu situación económica?". Abû Bakr contestó:Sí, Mensajero de Al·lâh’. El Profeta (SAAWS) concluyó: "Ese es el significado de “será retribuido por ello"’.
     

-          Incluso en la muerte podemos hallar la presencia del Muy Misericordioso y Cercano cuando la contemplamos desde otra perspectiva. Consideremos por ejemplo el cansancio (tanto moral como físico) que acumulamos en la vida. El Profeta (SAAWS) dice en un hadîz:

« En la agonía de la muerte, lo primero en acaecer es que se acercan unos ángeles de cara blanca, de un rostro iluminado como el sol, después se sientan cerca – en la medida que la persona cuya cuerpo ha perecido los vea – y le dan la buena nueva; luego, viene el ángel de la muerte  y se sienta cerca de su cabeza…»

Es esa cercanía del Muy Cercano que no abandona a los hombres en semejante momento. ¡Qué acompañamiento más cercano en un momento tan afligido!

Las pruebas y aflicciones que atravesamos en la vida pueden no tener otro cometido más que el que conozcamos este Atributo. El que desplacemos el centro de nuestra existencia a Él. Abandonando la desorientación de este mundo en que el nos hallamos ciegos y sordos a todo lo que nos dice la creación de Él. No se trata de descubrir los secretos sellados de nuestra existencia en un mundo que nos corroe, sino de “ver” más allá del engaño de las formas y sueños a los que damos un forzado sentido dejando de observar Su más sincera y cercana Misericordia.


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