¡Allâhumma!,
pido Tu compasión, para guiar a mi corazón, arreglar mis asuntos, subsanar
mi desengaño, corregir mi negligencia. Para que eleves con ella mi testimonio. Para multiplicar mis buenas obras, devolverme la armonía (ajada) y que me protejas
con ella de todo mal.
¡Allâh!, Te pido un îmân y una certeza tras los que no contemple ingratitud y solicito Tu clemencia para poder alcanzar el privilegio de Tu Generosidad, tanto en la vida terrenal como en la eterna. Allâh te ruego un destino exitoso, el disfrute de una morada semejante a la de los mártires, la vida de los dichosos y victoria sobre Tus enemigos. Allâh, dejo caer sobre Ti mi necesidad cuando mi consideración disminuye y mi esfuerzo se debilita y Te pido que me protejas del tormento del fuego, del clamor que emerge desde la desolación y de la prueba de las tumbas, de la misma manera que concedes asilo a quien se halla en la perdición de los mares. Allâh, deseo aquello que mi discernimiento no alcanza y mi intención no capta y que es un bien prometido a alguna de tus criaturas o un bien que das a alguno de tus siervos, y Te lo pido amparada por Tu Misericordia, ¡Tú, El Más Misericordioso, Gozoso de todo poder y honra! El constante en Sus relaciones y El que guía los asuntos, imploro Tu protección el día de Tu encuentro y desembocar en Tu jardín el día de la inmortalidad junto a quienes aproximes a Ti, testigos de Tu Presencia, quienes se prosternaron y arrodillaron. Los que cumplían sus promesas, pues Tú eres quien tiene compasión y se apiada de nosotros. Eres Quien procede de igual manera que dispone. ¡Allâhumma!, haz que estemos bien guiados y que guiemos hacia Tu Guía, en vez de ser de los extraviados que inducen al error. Haz que seamos fuente de firmeza para quienes están próximos a Ti y que nos revelemos en contra de quienes Te son hostiles. ¡Allâhumma! esta es nuestra súplica y a Ti corresponde la réplica. Este es el esfuerzo que a Ti encomendamos. ¡Allâhumma!, concede luz a mi corazón, luz a mi tumba, luz a mis manos. Dispón luz por detrás y por delante de mí, luz a mi derecha y a mi izquierda, luz por encima y por debajo de mí. Otorga luz a mi reflexión, a mi percepción y a mi sentimiento. Concede luz a mi ser, a mi tez, sangre y armazón. ¡Allâhumma! amplía para mí esa luz, fórmala y concédemela.
Es Glorificado Quien se envuelve en el poder y lo transmite. Es Glorificado Quien se reviste de generosidad y se muestra Generoso. Es Glorificado Quien es el Único a quien se puede enaltecer. Alabado sea el Dueño de la superioridad y de la prosperidad. Glorificado sea el Poseedor de la gloria y la magnificencia. Glorificado sea Quien detenta todo Poder y Gloria.
Narrado por al-imâm Tarmidzi (3419) y Muhammad Ben Nâser al-Tarbâni (Awsat 3296) y al-Bîhqi a través de Ibn ‘Abbâs, que Allâh esté complacido con ambos.
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