miércoles, 31 de diciembre de 2014

Marco de la educación

No podemos hablar de una educación islámica sólo para los musulmanes. Al hablar de ella nos referimos a principios y a un marco de educación y enseñanza de nuestras juventudes y de nosotros mismos, no sólo a un nivel religioso, sino inspirándoles con herramientas que les/nos permitan contribuir en nuestras sociedades.

Tampoco puede haber un enfoque más íntegro de la educación cuando esta se limita a las esferas de la memorización teórica de conceptos que no tienen ninguna aplicación práctica.

Podríamos recurrir, para mayor comprensión, al estilo en que el profeta de Al·lâh, saaws, recibió Sus enseñanzas de forma gradual. Primero se introduce y afianza el concepto de At·tawhîd (unicidad de todo lo creado), siendo la base de la última Revelación. Y tras la realización de esta, se presenta un Rab o Instructor. Encontramos en árabe esta misma raíz en palabras como rabâ: educar o tarbia: educación. Al·lâh, Arrab insta al profeta en las primeras revelaciones a contemplar el contexto en el que se encuentra: “la gente que le rodea, el sol, la luna,…”. Educa al Rasûl desde la diversidad y el conocimiento (tanto el de la mente como el del corazón).

Desde nuestras propias experiencias, las comunitarias y asociativas consideramos que el enfoque educativo seguido hasta ahora por parte de las primeras generaciones de inmigrantes se ha caracterizado por:

  • Contraposición cultural: la procedencia nacional de las primeras generaciones ha marcado la forma en que se ha entendido el papel que juega su condición musulmana a la hora de formar parte de la sociedad. Pues tuvieron la necesidad de embadurnar su Islam de una comprensión cultural que añoraban al sentirse cuestionados en un entorno nuevo e incomprensible. Lo cual hizo que la educación que plantaran estuviera condicionada por ese miedo al otro y su permanente contraposición con sus valores de origen.    
  • Falta de medios a la hora de afrontar el reto de educar: esta falta ha hecho que se aceptara cualquier idea o proyecto por el mero hecho de creer que la falta de actividad era peor que trabajar por plantear un sistema educativo aunque fuera a largo plazo. De hecho, se han copiado modelos y experiencias de otros países europeos o se plagian programas extranjeros.
  • Intromisión de los países de origen: los países de origen de los inmigrantes invirtieron y lo siguen haciendo en la instrucción de quienes consideran compatriotas impidiendo así que desarrollaran visiones y políticas desde y para su estar aquí. Esto conllevó un vacío a la hora de definir la pertenencia y participación de los estudiantes en este, su entorno. Pues las clases de los fines de semana les aclaran poco sobre su identidad dejándoles caer en la simpleza de considerarse de fuera. Por otro lado, al estado español como albergador de diferencias, siempre le ha interesado esta intromisión extranjera ya que apoya esa noción histórica de islam = extranjero. 
  • Enfocar el aprendizaje del árabe como objetivo único de la educación islámica: las clases de árabe los fines de semana son una constrante. Se mantienen a pesar de que las nuevas generaciones no les den uso y evidencian otras necesidades educativas. Dejar estas de lado hace que las clases se limiten a mera coacción, puesto que no responden a las necesidades de los alumnos sino a la de sus preocupados padres
    No pretendemos dejar de lado la lengua árabe ni su necesidad a la hora de comprender parte del corpus islámico. Pero sí que consideramos que este conocimiento no debiera dejar de lado el de la lengua española, más imperativa en estos momentos y lugares. Pues vemos cómo gran parte de la comunidad fija su atención en asimilar el islam al cristianismo. Y nos beneficiaríamos de emprender grandes esfuerzos (ÿhd) para desdibujar la simpleza de este símil, tanto para nuestros conciudadanos como para evitar el sufrimiento a nuestros hijos.

Teniendo esto en cuenta, la educación nos habría de proveer con principios que se adecuaran a nuestras necesidades en cada momento. Y en este notamos la necesidad de:

  • Empoderamiento: se presenta como una característica esencial para poder tomar la decisión correcta haciéndonos al mismo tiempo, lo suficientemente fuertes para hacer frente a la realidad con el compendio de conocimientos y bagaje que hayamos adquirido a través de la enseñanza. Estar empoderados (mukal·lafîn) no es sólo contar con destrezas a la hora de tomar decisiones de forma acertada sino permanecer fuertes de corazón a lo largo de nuestros andares.
  • Contexto: no puede haber una educación exitosa si esta no atañe ni está relacionada con el contexto en que se está impartiendo. Si atendiésemos a este les sumaríamos un valor añadido a nuestras jóvenes generaciones que podrán empezar a pensar en el entorno como un objeto de contribución y en una participación desde la responsabilidad que marca attaqwa.
  • Libertad: que nos dispense de la libertad suficiente para ser lo que somos y del coraje para ser y hacer lo que realmente queramos. Gracias a este valor dejaríamos la postura del “simplemente sigue” lo que hace el resto y operaríamos sobre nuestros motivos derivados de esa conciencia en los actos que tantas veces nos recuerda nuestro Libro.
  • Contribución: nos tiene que enseñar a amar la sociedad en la que vivimos. No podemos seguir considerándonos forasteros en una sociedad de la que formamos parte. Podríamos cambiar este sentimiento al participar de las actividades culturas del lugar en que nos encontremos: leer literatura más allá del Corán, visitar museos, compartir belleza con el resto de las personas (lo que no deja de ser una forma de `ibâda)… Queriendo de esta manera la cultura y gentes entre las que nos encontremos sin olvidar decirles que les queremos, cuando lo hacemos.

La situación de la comunidad evidencia una clara dificultad a la hora de dialogar. Esta falta de diálogo puede derivar también de la falta de una formación integradora que nos enseñe a lidiar con lo diferente. La diversidad es lo que realmente nos reta y no podemos seguir soportando el peso de dejarla a un lado, como si no existiera, con todo lo que desvela de nosotros mismos al afrontarla. 
En este sentido, Al-Ghazâli pudo distinguir claramente entre el conocimiento, la comprensión del mismo y al-fiqh definiendo este último como la comprensión profunda de los propósitos de la sharî`a

Por lo que dedicar nuestra educación, coloquios e intereses colectivos sólo a cuestiones jurídicas hace que cojeemos en otras dimensiones de participación que son igual de importantes para nuestra conciencia y coherencia.

lunes, 15 de diciembre de 2014

La ética en el arte


El arte está formado por filamentos enhebrados que conectan todos los ámbitos de la existencia. Los filósofos no dejan de esforzarse por darle una definición, separando sus diferentes significados en tradicionales y modernos. Lo que llega a romper o diseccionar cada categoría en subcategorías como las del arte convencional, institucional, histórico y universal. Está claro que la belleza tiene la capacidad de expresarse recurriendo incluso a la más extrema precisión de determinados procedimientos. Pues la riqueza de la historia de nuestro universo se expresa a través de la poesía, la música, la pintura, la arquitectura, y el cine. Conectando a la gente con mundos que están por llegar, con ideas que siguen sin ser comunes y temas que dan forma a nuestro futuro. Lo que no puede estar abarcar sólo por las formas tradicionales ni tampoco las nuevas herramientas digitales. El arte es un proceso de desarrollo de la creatividad y de ampliación de nuestras lentes de observación con el propósito de hacer de la mente una fuerza más crítica e intelectual.

Kant definió el arte como “un tipo de representación que tiene un propósito en sí misma. Aunque carezca de finalidad, promueve el desarrollo de facultades mentales para una comunicación sociable.” Al igual que todo en la vida, el arte no puede desarrollarse sin un crecimiento constante o dejando de lado el fomento de la búsqueda. De la misma manera, el desarrollo exitoso del arte resulta inútil sin las molduras de la ética. Pues la ética debe considerarse parte integral de cada aspecto de la vida, dejando de estar delimitada a esos momentos de profunda deliberación. A este respecto, la ética misma se convierte en un arte; el arte de experimentar vidas más plenas, sensibles y emocionadas. (Fesmire, 2003). De estar al corriente permanentemente de que la característica ética del arte puede conllevar un enorme potencial para la transformación de la actividad artística.

Desde el surgimiento de una idea en la mente del artista hasta su interpretación por parte del público, los procesos de crear, analizar y expandir esa idea tienen la misma importancia para que tenga lugar cierta ilustración cultural. Pues se trata de un canal de comunicación poderoso y de una plataforma expresiva más allá de las palabras. Tanto cuando el arte es una apelación icónica, una nota perfecta en un instrumento acicalado, o la denuncia política de la injusticia, todas sus formas representan ese sempiterno deseo de expresión. Esta aproximación, independientemente de la que tomemos desde el punto de vista estético o cognitivo crea, junto con la ética, una poderosa dinámica a la hora de compartir ideas y posibilitar un intercambio emocional. La centralidad de la imaginación para vivir conforme a la ética es básica para el desarrollo de una mente constructiva. La habilidad de razonar desde la moral en una situación determinada requiere de la imaginación para considerar las distintas posibilidades y salidas y por lo tanto, de crear una mente más resolutiva.

El desarrollo del arte popular conlleva una reacción controvertida sobre todo entre los traductores estrictamente literales de los textos islámicos. Hoy día, los eruditos trabajan junto con otros expertos tratando de trazar un horizonte para descubrir el potencial ético que las artes pueden imprimir en el individuo y en la sociedad en general. Estos debates tratan de la permisivilidad de la representación de rostros humanos en la pintura, de crear y escuchar música y canciones no “religiosas”, de tocar instrumentos musicales o enseñar a hacerlo.,, La historia del arte en la sociedades musulmanas es extensa y rica en materiales. Y floreció en tiempos en los que esta civilización alcanzó la cúspide de su ilustración intercultural. Los artistas y estudiosos afines entendieron que el arte era una fuerza poderosa capaz de moldear sus comunidades dejando patente esta influencia a lo largo de los siglos. La conciencia constante de los principios éticos fue el factor que empujó su éxito a lo largo del mundo en vez de solidificar un entendimiento trascendental de la religión. Palacios, poemas, instrumentos musicales, ¡arte al fin y al cabo! Llenaban las ciudades creando un entrono verdaderamente inspirado y en todos los ámbitos. Sin embargo la situación nada tiene que ver hoy en día con estas referencias. ¿Qué es lo que podría haber causado este cisma? ¿Por qué regresar en vez de progresar en el entendimiento del arte en la religión? ¿Cómo puede la reaceptación del arte estar acompañada del dîn conforme aborda los temas de actualidad?

El arte y la ética son temas sumamente complejos en un universo igual de complicado, lo que da lugar a diversos temas de actualidad.

La creatividad sigue considerándose el único controlador del arte en un mundo perfecto, pero ¿qué papel juega el consumo en la creación de arte? El conocido filósofo John Dewey afirmó que "la separación entre las bellas artes y el arte útil, aunque se remonta a los griegos, se intensifica hoy por la producción en masa y la importancia adquirida por la industria y el comercio." ¿Apoyan los valores artísticos y culturales a los económicos?, y de ser así, ¿quién o qué determina su valor y a quién se atribuye su beneficio? Su valor extiende la reinos artísticos, sociales, políticos y económicos, al mismo tiempo. Ya que estos están firmemente ligados a la demanda, apoyando esa mentalidad capitalista de la satisfacción de encargos, lo que crea un sistema dependiente del consumo. Por lo que, ¿qué pasaría con el arte si colapsara este sistema basado en la economía?

La influencia del arte ha estado muy presente en todas las religiones, culturas y sociedades a lo largo de la historia y también hoy día. ¿Por qué, entonces, no ha hecho más que restringirse en la legislación religiosa? ¿Cuántas de esas prohibiciones y limitaciones se basan en interpretaciones puramente culturales del Texto? En el mundo contemporáneo que experimenta un intercambio tan rápido de la información y un notable desarrollo cultural, ¿en qué sentido se coartan los musulmanes a sí mismos a la hora de ser partícipes de ese mundo y más justificándose con esas estrictas traducciones literales? Estas preguntas se refieren sobre todo a artes de entretenimiento como la música y el cine. Aquí, el género también desempeña un papel clave en el debate ¿las mujeres tienen los mismos derechos (especialmente en las artes escénicas) que tienen los hombres? ¿Hay que controlarlo todo o se puede guardar silencio sobre determinadas cuestiones que tienen que ver con el arte? ¿Cómo podemos transformar nuestro pensamiento para poder congeniar el arte con la religión?

La educación es el factor más importante en el avance de los seres humanos. Y la educación artística juega un papel clave en la formación de ciudadanos civilizados en el mundo contemporáneo. Sin embargo, la falta de importancia y la financiación son los principales problemas de la educación técnica. ¿Por qué se estima que la educación artística es menos valiosos que otras ramas? ¿Qué se puede hacer sobre el estigma que acompaña a las escuelas de arte y sobre el arte como salida profesional en la mayoría de las sociedades? ¿Cómo podemos dar aproximaciones éticas a los artistas emergentes para alentar su talento? Existe una brecha entre la teoría y la práctica ya que la educación de las artes está orientada principalmente al desarrollo de habilidades y la superación de exámenes. Dennis Atkinson sostiene que se pone énfasis en las habilidades artesanales del arte, más que en las críticas y expresivas. Entonces, ¿cómo se puede enlazar el arte que se aprende en la escuela con el arte contemporáneo? ¿Ha de crearse con un propósito o puede existir motivado únicamente por su belleza? La estética y la ética son campos que requieren mucha reflexión e investigación. ¿Podemos decir que exista un arte inútil? ¿Quién juzga el mérito y desmérito estéticos?, ¿contribuye esto a su valor ético? Todas estas preguntas necesitan una investigación sistemática.